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¿Qué son los electrolitos?

Los electrolitos son las sales minerales que se encuentran en el sudor. El sudor está mucho más concentrado en electrolitos que la sangre, lo que significa que, si el caballo suda durante el ejercicio o el transporte, por ejemplo, perderá una cantidad significativa de estas sales minerales. 

Los principales electrolitos del sudor son el sodio, el cloro y el potasio. Los macroelementos y oligoelementos, como el calcio y el magnesio, también están presentes en cantidades mucho menores.

El mecanismo de regulación es complejo; sin electrolitos, la hidratación celular es imposible, lo que puede provocar trastornos metabólicos importantes. Por ello, en caso de pérdida debida a una fuerte sudoración, el caballo deberá reponer sus reservas de sales minerales. 

¿Cuáles son los riesgos de deshidratación y de carencia de electrolitos?

Los caballos sudan mucho. Pueden perder hasta 15 litros de sudor por hora durante un ejercicio intenso cuando hace mucho calor. La pérdida de agua es de 7 u 8 litros por hora en una prueba de resistencia en un clima templado, el equivalente a 35 o 40 litros en una prueba de 5 horas, lo que corresponde al 8% del peso corporal del caballo. 

Incluso una pérdida moderada de agua (del 2 al 4% del peso corporal) repercutirá en el rendimiento deportivo.

Cuanto más suda el caballo, más disminuyen sus reservas de sales minerales. La pérdida de electrolitos puede provocar deshidratación.  Una deshidratación grave compromete el mecanismo de sudoración responsable de regular la temperatura corporal, lo que conduce a la hipertermia. 

La deshidratación provoca problemas circulatorios, así como problemas con el metabolismo energético (agotamiento más rápido del glucógeno y aumento de la acidosis láctica). Esto puede provocar rabdomiólisis (miositis) o insolación. El desequilibrio electrolítico ligado a una fuerte sudoración favorece estos fenómenos.

Los signos de una deshidratación más grave son una marcha inestable, contracciones musculares descoordinadas, temblores y debilidad muscular, aumento de la temperatura y falta de interés por el agua. El equilibrio osmótico de las células del organismo también depende de la ingesta de agua. El agua es necesaria y debe ofrecerse al mismo tiempo que los electrolitos. Por lo tanto, el caballo debe tener siempre libre acceso a agua limpia y fresca para que pueda saciar su sed siempre que sienta la necesidad.

¿Cuál es el beneficio de la suplementación con electrolitos?

En un experimento (Dûsterdieck et al. 1999) se estudió la respuesta de caballos que corrían en una cinta rodante el equivalente a una carrera de resistencia de 60 km y a los que se les ofrecía agua con o sin electrolitos en distintos momentos del ejercicio. Cuando los caballos corrieron sin electrolitos, perdieron unos 25 kg de sudor, compensados por 13 litros de agua ingerida mediante consumo voluntario durante el ejercicio, es decir, aproximadamente la mitad de lo perdido. Cuando corrieron con un suplemento de electrolitos (una dosis de cloruro de sodio distribuida antes y después de la carrera), bebieron 23 litros de agua, suficiente para compensar toda la pérdida de agua, y empezaron a beber antes durante el ejercicio. Otras pruebas demostraron que la suplementación con sodio tendía a animar a los caballos a beber de nuevo. La sensación de sed está estimulada por un aumento de la osmolalidad plasmática. Beber agua sin gas después de una pérdida de sudor diluirá la concentración de sodio e inhibirá la sensación de sed. Con un riego inicial enriquecido con sal, la concentración plasmática de sodio se mantiene elevada y prolonga la sensación de sed en los minutos siguientes a la primera ingesta de agua. 

¿Cómo deben utilizarse los suplementos electrolíticos?

La mayoría de las veces, una dieta equilibrada, el libre acceso a agua limpia y fresca y la disponibilidad de una piedra de sal son suficientes para cubrir las necesidades de electrolitos del caballo.  

Los suplementos a base de electrolitos pueden administrarse durante el esfuerzo o en condiciones que provoquen sudoración profusa (ejercicio y transporte en tiempo caluroso, exposición a calor extremo, estrés). Aportan principalmente fuentes de cloruro de sodio (sal), cloruro de potasio, calcio, magnesio y ciertos oligoelementos.

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Fuentes:

Wolter. L'alimentation du cheval. La France Agricole, 2015.

R.J. Geor, P. Harris and al. Equine Applied and Clinical Nutrition. Saunders, 2013.

Kentucky Equine Research. What Are Electrolytes and Why Are They Important?